Cheesecake de cuajada de oveja y mango, sin horno y sin gluten

Si sois de los que no podrían vivir sin tarta de queso, no os perdáis mi cheesecake de cuajada de oveja y mango porque lo tiene TODO: se hace sin horno, con ingredientes naturales y saludables, no lleva azúcares refinados, no lleva huevo y es apta para celiacos. Y además es bonita y está rica no, lo siguiente. ¡La cheesecake per-fec-ta!

¿Habéis probado alguna vez hacer este tipo de tarta con cuajada? Os va a sorprender, de verdad. La leche de oveja no tiene un sabor fuerte, sino más bien suave. Y además contiene más proteína que la leche de vaca.
Cuando era niño, mi madre me compraba unas cuajadas de leche de oveja de una marca vasca que me volvían loco. Esta marca sigue existiendo hoy en día. De hecho, cada vez que voy a Francia nunca faltan estas cuajadas en la nevera.

Cuando la empresa navarra Postres Goshua se puso en contacto conmigo para una colaboración, no lo dudé ni un segundo, sobre todo cuando supe que su producto estrella es la cuajada de oveja. Y es que con la cuajada de Postres Goshua, vuelvo a experimentar lo que sentía de niño: esa textura y ese sabor tan especiales que marcan la diferencia. Los que me conocen y me siguen el las redes sociales saben que no promocionaría nunca un producto que no me gustase o que no haya probado. Así que hacedme caso, preparad mi cheesecake con cuajada de oveja de Postres Goshua, me lo agradeceréis 😊.

Ingredientes (para 2 cheesecakes de 15 cm)

Para la base

• 150 g de almendras enteras crudas
• 100 g de anacardos crudos
• 50 g de semillas de lino dorado
• 50 g de coco rallado
• 200 g de dátiles sin hueso
• 20 g de aceite de coco

Para la crema de cuajada

• 280 g de cuajada de oveja de Postres Goshua (2 tarros)
• 200 g de leche de oveja
• 30 g de sirope de dátiles
• 2,5 g de agar-agar
• Las semillas de una vaina de vainilla (o extracto de vainilla)

Para la cobertura de mango

• 150 g de mango maduro
• 100 g de agua (mejor filtrada)
• 2 g de agar-agar

¿Cómo preparar la cheesecake de cuajada y mango?

Preparamos la base de la cheesecake

Trituramos las semillas de lino en un procesador de alimentos.
Añadimos los demás ingredientes y trituramos hasta obtener una textura arenosa gruesa y un pelín pastosa.

Truco: uso almendras crudas con piel para darle un aspecto de galleta tostada a la base. Se pueden sustituir los dátiles por higos secos o por ciruelas pasas secas, también dan muy buenos resultados.

Engrasamos ligeramente nuestros moldes o aros con aceite de coco (u otro aceite vegetal) y extendemos la base procurando igualar bien la superficie y los bordes, y que no quede ningún hueco o ninguna grieta.

Truco: tenemos que asegurarnos de que los moldes tengan los bordes altos, ya que necesitamos rellenarlos con la crema de cuajada y la cobertura de mango. Siempre es mejor usar moldes desmontables o aros de repostería para poder quitarlos fácilmente. Si usamos aros, los colocamos encima de una bandeja de horno antiadherente o cubierta con papel vegetal.

Guardamos nuestros moldes o aros forrados en la nevera.

Preparamos la crema de cuajada

En el bol de una batidora, introducir todos los ingredientes excepto el agar-agar. Batimos bien hasta que no quede ningún grumo.

Truco: yo lo paso todo por la batidora para obtener una textura lisa, pero podéis mezclarlo todo con unas varillas y conservar así la textura de la cuajada.

Introducimos la mitad de esta crema en una cacerola (la otra mitad la dejamos en la batidora) y la calentamos. Cuando esté a punto de hervir, añadimos el agar-agar y mezclamos bien con una varilla. Dejamos la crema en el fuego sin dejar de batir durante un par de minutos.

Truco: según la textura que queráis conseguir, podéis echar más o menos agar-agar. Con una cantidad menor de las que os pongo, vuestra crema de cuajada será más cremosa, aunque no se cortará tan bien la cheesecake.

Volvemos a introducir la crema caliente en la batidora y batimos todo unos segundos hasta que la mezcla esté integrada.

Vertemos la crema de cuajada sobre la base. No hay que llenar el molde hasta el borde para posteriormente poder añadir la cobertura.
Guardamos nuestros cheesecakes en la nevera.

Truco: yo he usado aros de repostería medianos (12 cm de diámetro). Pero podéis perfectamente usar un molde más grande con bordes más altos (los típicos que se usan para una cheesecake tradicional) para tener una tarta mucho más gruesa, sin bordes. En este caso os recomiendo echar un poco más de agar-agar y engrasar bien vuestro molde (o forrar el molde con acetato) para poder desmoldar sin problema.

Preparamos la cobertura de mango

Cuando la crema de cuajada haya cuajado y esté fría (hay que esperar al menos 1 hora), empezamos con la cobertura de mango. Repetimos el mismo proceso que para la crema. En el bol de la batidora introducimos todos los ingredientes excepto el agar-agar y trituramos.

Truco: como véis no he endulzado la cobertura. Si usáis un mango maduro y de buena calidad (los que se cultivan en Granada son los mejores), ¡no hará falta!

Introducimos la mitad de la cobertura de mango en una cacerola (la otra mitad la dejamos en la batidora) y la calentamos. Cuando esté a punto de hervir, añadimos el agar-agar y mezclamos bien con una varilla. Dejamos la cobertura en el fuego sin dejar de batir durante un par de minutos.
Volvemos a introducir la cobertura caliente en la batidora y batimos todo unos segundos hasta que la mezcla esté integrada.

Vertemos la cobertura encima de la crema de cuajada fría y volvemos a meter nuestras cheesecakes en la nevera hasta el momento de servir.

Esta cheesecake se desmolda muy bien . Eso sí, hay que mantenerla siempre fría.

¡Bon appétit!