Ya que estamos en plena época de carnavales, ¿qué os parece si hacemos unas deliciosas orejas de carnaval, muy ligeras y crujiente, y con un exquisito sabor a azahar y naranja?
La orejas (orellas) son típicas de Galicia. Pero también del sur de Francia (nosotros las llamamos oreillettes). Mi madre y mi abuela las hacían a menudo. De hecho, la receta que os doy a continuación es la de mi abuela, con unas pequeñas modificaciones. Lo bueno de su receta es que no lleva nada de azúcar. El único azúcar que lleva es el que le echemos tras freír las orejas, y si queremos podemos no echar azúcar sino miel o cualquier otro endulzante que nos guste y en la proporción que queramos.
Son muy fáciles de hacer, no están nada aceitosas y quedan divinas.
Ingredientes
Para aproximadamente 40 orejas
- 330 g de harina de repostería (floja)
- 120 g de huevo (2 huevos L)
- 65 g de mantequilla en punto pomada
- 40 g de agua de azahar
- 10 g de Cointreau (o rón)
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de canela
- La piel rallada de una naranja
- La piel rallada de un limón
- AOVE para freír*
- Azúcar al gusto para espolvorear
*Podemos usar otro aceite vegetal, con el de coco quedan muy bien.
¿Como hacer las orejas de carnaval?
Preparamos la masa de las orejas
Introducimos todos los ingredientes de la masa en el bol de robot amasador provisto del gancho, y amasamos a velocidad baja hasta que la masa esté cohesionada. Podemos realizar este paso a mano si no disponemos de ningún robot de cocina.
Truco: una de las claves para que la masa esté en su punto y salga crujiente y ligera es no amasar en exceso. Solo hay que amasar hasta que todos los ingredientes estén integrados.
Formamos una bola, la envolvemos bien en papel film y dejamos reposar la masa a temperatura ambiente al menos una hora.
Truco: se puede realizar esta masa la víspera. En este caso, dejaremos reposar la masa en la nevera. Al día siguiente tendremos que sacarla una hora antes de empezar a freírla para que esté a temperatura ambiente.
Dividimos la masa y la estiramos
Dividimos la masa en 40 porciones de unos 15 g cada una.
Ahora debemos estirarla lo más fina posible.
Truco: podemos usar un rodillo, aunque lo ideal es usar la máquina de hacer pasta. El otro “secreto” para que nuestras orejas estén muy ligeras y crujientes es estirar la masa muy fina sin trabajarla mucho. Para ello la máquina de hacer pasta es lo mejor porque en tres pasadas ya tenemos nuestra masa estirada muy fina.
Cogemos nuestro trozo de masa, lo aplanamos con la palma de la mano y lo pasamos por la máquina, empezando al nivel 4 y terminando al nivel 6.
Podemos usar un poco de harina si vemos que la masa es un poco pegajosa.
Vamos estirando todos los trozos de masa que hemos cortado previamente. Cuando lleguemos a la mitad, calentamos una sartén honda con AOVE.
Freímos las orejas
Cuando el aceite esté caliente (aunque no humeante, tiene que llegar más o menos a 170 ºC), freímos nuestras orejas en pequeñas tandas, un minuto en cada lado o hasta que estén ligeramente doradas (no tienen que tostarse demasiado).
Las escurrimos en papel de cocina y las espolvoreamos con azúcar o azúcar glas, al gusto. También se puede echar miel encima.
Vaya pinta, deliciosas, a ver si hago….
Asun, seguro que te salen de diez!!!
Mañana las hago si o sí y tan bien explicado todo,me salen seguro.Gracias
Seguro que te salen genial, ¡ya me contarás!
¡¡¡Madre mía del amor hermoso!!!Sepas que te voy a robar la receta, tal cual. Espectacular pinta, como debe saber!!!
Jaja, claro que sí Iván. Ya me contarás si las haces, ¡verás qué fáciles y qué ricas!
Estupendas orejas me encantan gracias por compartir
De nada Aurea, ¡espero que hagas la receta y que la disfrutes!
Muy buenas. Se parecen a las tortas fritas de mi país. «Uruguay»
Muchas gracias. ¡Me encantaría probar las de tu país!